—Usted trabaja para que las conversaciones de paz de La Habana lleguen a buen término. Desde 1984 todos los diálogos fracasaron. ¿Qué peculiaridad tiene este proceso para creer en él?
—La decisión política del gobierno y de las Farc de no dejar que el proceso pueda quebrarse en algún momento. Eso lo demuestran los avances tan significativos conseguidos hasta ahora y la calidad de los garantes que apoyan el proceso; la incondicionalidad del gobierno cubano y sobre todo de países como Venezuela y Chile, que sin estar involucrados en las decisiones son garantes de que el proceso pueda continuar. Por eso yo siento que se ha llegado tan lejos. Por ejemplo, se ha creado la subcomisión de género, la comisión de desescalamiento del conflicto, y el viaje a La Habana de las víctimas y el reconocimie...
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