Domina el paisaje Eugen Millington-Drake –“sir”, claro está–, el refinado diplomático graduado en Eton que hizo una larga carrera en el Río de la Plata –primero en Buenos Aires, después en Montevideo–, que además de los servicios usuales en la diplomacia y, dada la temperatura de los tiempos, también en los servicios secretos de su majestad, logró hacer presente en Uruguay la cultura británica, en los años treinta y cuarenta aún totalmente opacada por la asentada francofilia uruguaya. Lo hizo no sólo mediante una bien calculada participación en actividades locales, sino con la creación del Instituto Anglo, luego exitosamente replicado en otros países. No se sabe si por la cercanía de la cuñada de sir Eugen con Rudyard Kipling, o por el clima imaginable en esos tiempos, o por gusto propio y...
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