Hay una imagen que es muy significativa de lo que pasa en Brasil. Al asumir formalmente un nuevo período de cuatro años en la presidencia de la mayor economía latinoamericana y todavía una de las mayores del mundo, Dilma Rousseff fue protocolarmente nombrada por el presidente del Senado y del Congreso, Renan Calheiros. También tenía a su lado a Henrique Alves, presidente de la Cámara de Diputados. Ambos del Pmdb, principal aliado del PT, y ambos denunciados por corrupción en el escándalo de Petrobras.
Nada más significativo que una presidenta asumiendo un nuevo mandato cercada por políticos que, en lugar de mostrar una hoja de buenos servicios prestados al país, parecen ostentar un prontuario criminal como currículum. Porque vale recordar que los dos tienen vastos antecedentes, y no precis...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate