La semana pasada, en su cobertura de la matanza y sus consecuencias, Brecha optó por dejar de lado expresamente tres actitudes: por un lado, y sobre todo, la que justificara, en algún modo, los asesinatos parisinos con un “algo habrán hecho”, minimizando el gesto fascistoide de quienes decidieron “matar al bufón” porque la publicación, antes, se “la habría buscado”. Se dejó también de lado facilismos como el de atribuir la masacre a un simple acto de barbarie inexplicable, fuera de contexto, o darle solamente una dimensión de “ataque a la libertad de expresión”, habilitando unanimismos muy curiosos que llevaron –por ejemplo– a que en el desfile “oficial” del domingo 11, en París, de presidentes, primeros ministros y gobernantes participaran como si nada dudosos defensores de la tal liberta...
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