Cruces de poesía (15) - Semanario Brecha
Cultura Suscriptores

Cruces de poesía (15)

“Antárticos”, un libro de poesía de Ricardo Pallares y dibujos de Raquel Barboza se encuentra con Mario Barité y su “Canciones sin atril” (con prólogo de Washington Benavides), un trabajo experimental de Matías Ygielka y más frío: “Disparates” del sueco Göran Sonnevi.

Disparates, de Goran Sonnevi

De adentro ANTÁRTICOS. Sexto poemario del escritor y crítico Ricardo Pallares, con una sobria y cuidada edición de Yaugurú. No son poemas nacidos de la descripción extasiada ni como respuesta a la interpelación del paisaje. “Mar de azúcar frío”, o “cáscara cósmica”, la Antártida de este libro no es geográfica, sino poética. Pero a pesar de ser propiedad privada del poeta que la enuncia, conecta con el imaginario que la poesía ha construido sobre un espacio específico que existe doblemente: porque se lo nombra y a pesar de quien lo nombre. Porque lo antártico –más allá de este libro en concreto– es uno de los territorios imán para la poesía. En la presentación del libro de Pallares se trazan líneas de relación, a veces para negarlas, con la soledad antártica nerudiana y con el ártico “del p...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2091 Suscriptores
Interpelación por la JUTEP: una vez más la oposición no cierra filas y el gobierno empata

Moneda de tres caras

Edición 2091 Suscriptores
Trata y explotación en la empresa Sanducitrus de Paysandú

La exprimidora

Edición 2091 Suscriptores
Aceguá, el pequeño rincón de la frontera

Por las sierras

Cultura Suscriptores
Con el historiador Alex Borucki sobre la trata esclavista en el Río de la Plata

Las cuentas pendientes

Edición 2091 Suscriptores
Estados Unidos y su ofensiva en el «hemisferio occidental»

De Robocop global a matón regional