Marina Arismendi, quien ya fuera titular de ese ministerio durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, había dicho que las contraprestaciones son una forma de “culpabilizar” a los beneficiarios y que, además, sancionar su incumplimiento produce el efecto contrario al que se busca: “Si yo, además de que (el niño) no va (a la escuela), todavía les saco la comida y la plata, les digo embrómese para el resto de sus vidas”, argumentó. “¿Por qué la gente está en la situación en la que está? ¿Tiene la culpa?”, inquirió. (El País, 21-I-15).
EN LA ORILLA. Algo de eso oyó o creyó haber oído Joana, que no debe pesar más de 40 quilos, tiene media cabeza rapada, 19 años y un hijo de 3 que –desde que camina– lleva a un Caif donde Brecha la abordó, en el barrio La Paloma, al norte del Cerro.
“Yo...
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