—Aquí conocemos más a “Witoldo” o a “Gombro” que a Gombrowicz (que además pronunciamos mal). Conocemos la versión porteña de este escritor polaco que acabó siendo un parteaguas de la literatura argentina y un mito en el Río de la Plata. Sabemos (hasta la sobreinterpretación) lo que representa aquí, pero ¿cuál es el Gombrowicz europeo o polaco y cómo empezó tu relación con él?
—La puesta en escena habla de eso, un mundo bandoneón (Pablo Mainetti), que es Argentina, y un mundo acordeón (Jon Paul Laka), que es Francia. Y el conflicto está en que Gombrowicz sueña en Europa con volver a Buenos Aires aunque allí la pasaba muy mal. En Europa lo adoraban y le rendían todos los honores, pero él quería volver. Mi primer contacto con Gombrowicz fue en Polonia en los años ochenta. Antes que nada, pa...
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