Biniamin Netaniahu tenía una misión, y la explicitó antes de embarcarse desde Israel hacia Washington: poner palos en la rueda de cualquier posibilidad de un acuerdo del grupo 5 + 1 (los miembros permanentes de Consejo de Seguridad más Alemania) con Irán por el programa nuclear de la república islámica.
John Kerry tenía una misión y la explicitó antes de salir desde Washington hacia Ginebra: hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo con los iraníes. Ambos se cruzaron en los cielos en la noche del domingo, y nunca como ahora fueron tan divergentes en los últimos tiempos los caminos entre gobernantes de Estados Unidos e Israel. Washington se juega a sellar un pacto con Teherán en un mes; Israel se juega a impedirlo en el mismo lapso. “Voy hacia Estados Unidos en misión crucial e histór...
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