Estos jóvenes, cuando eran todavía más jóvenes (rondan los 25 años), eligieron que su vida estaría signada por el celibato, la búsqueda de la trascendencia espiritual y la vocación de servicio. Eligieron ser curas. Eligieron representar a una institución que hoy vive una primavera gracias al fenómeno del papa Francisco pero que, más allá de la aparente renovación, puede estar tranquila de que sus futuros representantes, rebosantes de juventud y entusiasmados con el momento histórico que atraviesa la Iglesia, serán fieles defensores de sus principios y tradiciones.
PROCESOS. A instancias de un cura sanducero, Gianfranco Brandi llegó a Montevideo desde Paysandú en el año 2004. Tenía apenas 16 años y nada claro si dedicaría su vida al sacerdocio, “o si era algo del momento”. Pero ya al año si...
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