Cuando se llegue a comercializar el gas de la costa mediterránea de Chipre e Israel –que también es de Gaza, Líbano y Siria–, se consolidará aun más dicho estatus, ya que todos los gasoductos de este espacio con destino a Europa deben pasar por Grecia. Pero a Berlín parece preocuparle más el euro que el valor geopolítico del país heleno. Cualquiera preguntaría: “Si por dinero linchan de este modo a un socio ‘europeo, cristiano y blanco’, ¿qué no habrán hecho en otras partes del planeta?”. Mientras la Comisión Europea, con los aplausos de Amanecer Dorado, le aplica a Grecia una suerte de “pedagogía del terror”, Syriza mueve fichas.
¿JUGAR A LA RULETA RUSA? Fue Alexis Tsipras quien viajó a Moscú y no Vladimir Putin a Atenas, tal y como se ocupó de matizar el líder ruso, negando querer aprove...
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