Es el mayor de los 13 hermanos que llegaron a Uruguay con sus padres, en octubre del año pasado, y se instalaron en una chacra en las afueras de la pequeña ciudad del departamento de Colonia. Al muchacho le faltan las palabras, no el vocabulario, para expresar lo que significó abandonar su hogar uruguayo: “Fue difícil irse el domingo”, sintetiza. Un amigo suyo que llegó de Juan Lacaze a saludarlo se acaba de ir.
“Voy a extrañar a mis amigos, se siente como si nos conociéramos de toda la vida”, comenta, mientras sigue con la vista al compañero que se aleja. Habían estado charlando un rato en la plaza, en árabe. “Sí, yo le había enseñado palabras en árabe y él a mí en español”, explica.
La emoción de este muchacho alto y delgado no surge de la nada. Instalados en una chacra de una hectárea y...
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