La consigna era “El futuro en viñetas”, pero la idea no era hablar de cómics de ciencia ficción, sino más bien de soportes que se virtualizan, herramientas que se informatizan y donde se augura que la historieta, en formato libro, será asunto de coleccionistas, como el vinilo en la música o el fílmico en cine. A esa mesa fueron convocados los dibujantes y guionistas argentinos Max Aguirre y Tute y la uruguaya Maco y, para empezar, el chiste de cajón era cómo habían decidido optar por dedicarse a algo que augura un futuro más bien incierto.
“Siempre dibujé y tuve claro que lo que haría iría por ese lado –empezó Maco–. Pero empecé a estudiar arquitectura y mis padres pueden haber tenido un poco de esperanza, pero yo sabía que no iba a terminar. Tal vez ahí todavía no tenía el coraje, pero en...
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