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Redescubriendo a Fernando del Paso

Creí que ya estaba muerto. Aunque hace muchos años fui su lectora y lo admiré, ya me lo hacía póstumo. Dejaron de llegar noticias de su imperio o, simplemente, me distraje. Imaginé, como muchos, que había escrito sólo unos pocos títulos caudalosos. Para corregir errores como éstos y propiciar resurrecciones sirven los premios.

Fernando del Paso / Foto: AFP, Héctor Guerrero

Ahora que Fernando del Paso ganó el Cervantes, publican que fue dibujante, diplomático, académico y hasta un destacado locutor de radio, cuando para nosotros era nomás el autor de tres novelas: Palinuro de México, que lo hizo famoso, José Trigo, que no leí, y Noticias del Imperio, que salió en 1987. Tres obras desmesuradas que alcanzaban perfectamente para merecer el premio y no por su tamaño, sino por su calidad, aunque en la apuesta estética de Del Paso, el tamaño importa. Se necesitan esas proclives 700 o mil páginas para volcar la complejidad de un mundo, la densidad de texturas y la riqueza de las palabras. Y, sin embargo, resulta bastante reducida nuestra visión, porque hay, además, otra desmesura oculta detrás de estas grandes novelas.
Vean nomás esta enumeración por géneros. En ens...

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