Hubo un día en que José Luis “Chato” Galante se convirtió en un saco de boxeo. La escena no se produjo en ningún ring de gimnasio, sino en los calabozos del franquismo. Con las manos atadas y los ojos abiertos, este militante de izquierda soportó una de las innumerables sesiones de tortura que el régimen de Franco “regalaba” a sus detenidos. Su torturador tiene nombre y apellido: Antonio González Pacheco, alias “Billy el Niño”. No era boxeador, sino policía. Hoy no está en la cárcel, sino en la cómoda sala de su casa, donde disfruta de un invierno más en absoluta impunidad.
El pasado 20 de noviembre Billy el Niño habrá recordado al “caudillo” en el 40o aniversario de su muerte. Por motivos bien distintos, Chato Galante también se acordó del dictador. Aquel general bajito y de bigotes lleva...
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