No es un libro fácil de leer. La estructura elegida por Katja Kettu para su historia es un puzle: la novela está dividida en seis partes a su vez compuestas por varios capítulos, en general breves, con ubicación y fecha, ordenados en forma no lineal. Cada capítulo está narrado en primera persona por dos sujetos –la comadrona Ojo Salvaje, no tiene otro nombre, y su adorado Johann– y una tercera voz, en forma de carta, que se suma desde el pasado. Un lector atento debe a menudo volver atrás las páginas a certificar lugar, fecha y voz, para mantener el hilo de lo que va leyendo. A esto se suma la escritura de nombres finlandeses, tan extraña para un ojo castellano, más la mención de cantidad de siglas, referentes a partidos políticos, batallones o servicios de inteligencia, cada uno c...
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