Ya antes de empezar el concurso de Carnaval se auguraba que este año, nuevamente, la brillantina iba a coincidir con las túnicas blancas. La tradición lo marcaba así, en varias de las anteriores ediciones las clásicas lluvias de febrero o el alquiler del Teatro de Verano para algún concierto internacional llevaron a que la fiesta de Momo se estirara (perpetuando esa frase de que Uruguay tiene el Carnaval más largo del mundo) hasta “pisarlo” con el comienzo del año escolar. Pero esta edición fue distinta, al parecer los astros y los dioses se alinearon para tener un Carnaval fluido y que logró finalizar dentro del mes de febrero.
Los espectáculos de Carnaval son como un anuario que repasan los principales acontecimientos del año anterior, un ejercicio de memoria que se resume en un cuplé, ...
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