Estrázulas empieza su libro sobre Zitarrosa1 contando cómo se conocieron. La historia destaca inaugural y está incomparablemente escrita, acaso porque más que las otras páginas que defienden al cantor, discuten su ideología o hurgan en la cicatriz de una infancia pobre, es en el recuerdo de esa noche de invierno en que lo escuchó cantar por primera vez donde se oyen los ecos también de su vida. La escena es ritual: habían cerrado el bar Outes con los parroquianos dentro. Escribe Estrázulas: “Fue la primera vez que asistí a un cierre particular, al delicado egoísmo de comprar, por una noche, el derecho a que una barra de amigos bebiera y conversara a gusto hasta el alba como si estuviera en su propia casa”. El cierre tenía un motivo y era la presencia de un cantor: Zitarrosa. “Su nombre –si...
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