Además de permitir el uso de armas de fuego contra la población desarmada, la ley habilita la utilización de dispositivos que dan descargas eléctricas, inmovilizadores o candados de mano, así como sustancias irritantes en aerosol, a la vez que deja a criterio de la fuerza represiva en qué momento debe desplegarse este nuevo “régimen de excepción”. Los mandos policiales a cargo de los operativos puntuales serán los últimos responsables de la violencia desplegada, dejando en la comodidad de las sombras a cualquier representante del poder político.
El mismo día de la aprobación de esta norma, el grueso de los pueblos y colectivos del estado de México conformaron una coordinadora antirrepresiva a la que bautizaron Fuego de la Digna Resistencia. La Comisión Nacional de Derechos Humanos proclamó...
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