DE ADENTRO
ACHUGAR. Tal vez hubo un Virgilio, tal vez hubo Beatriz. Pero la guía siempre es ilusión. El poeta no logra, en definitiva, salir por completo de la selva oscura. Está ahí, y desde ahí, el yo poético de Hugo Achugar –estela de piedra envuelta en “los afiebrados delirios de imposibles paraísos”– da cuenta de lo poco que puede trasmitirse.
Los pasados del presente (editado por Yaugurú para su club de suscriptores) se estructura en tres partes. En la primera, “Los pasados del presente (el bosque)”, se van presentando los otros habitantes que el protagonista, animal urbano, no siempre llega a identificar con precisión. Desde el vuelo de un pájaro interrumpido por el vidrio de un ventanal hasta el gesto de una paloma al torcer su cuello, se van acumulando pequeñas acciones, aparentem...
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