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Oscuro y luminoso

Si alguien cree que es imposible sorprenderse con un nuevo camino, una nueva voz, una nueva veta en el género policial, a estas alturas en que el policial se cultiva en Noruega y en Uruguay, en Italia y en España y en casi cualquier lugar donde haya escritores, editoriales y lectores, es el momento de leer a Fred Vargas.

Foto: AFP Joel Saget

Bajo ese nombre como de mafioso centroamericano no está un hombre sino una mujer, que no es iberoamericana ni “latina” –o sea, de esa nueva etnia inventada en Estados Unidos a partir del idioma español– sino francesa, no se llama Fred sino Frédérique, no se apellida Vargas sino Audoin-Rouzeau. Nacida en 1957, es hija del escritor surrealista Phillipe Audoin, tiene una melliza pintora, Jo, que también firma Vargas, un hermano historiador y especialista en la Primera Guerra Mundial, Stéphane Audoin-Rouzeau, y es ella misma historiadora y arqueozoóloga, con libros publicados en esas disciplinas, como Les chemins de la peste, le rat, la puce et l’homme (2003), sobre la propagación de la peste negra en Europa, entre otros trabajos de ese tenor. Según distintas publicaciones, las mellizas Audoin...

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