El miércoles 6 un grupo de policías se manifestaba en el aeropuerto internacional Galeão, de Rio de Janeiro, con una pancarta con la que provocaban a los turistas que recién llegaban a la “ciudad maravillosa”: “Bienvenidos al infierno”, decía. Esta era la respuesta de las fuerzas del orden ante el aumento de agentes asesinados en la guerra que se juega a diario en las favelas cariocas entre fuerzas armadas y facciones del tráfico de drogas.
Esa misma semana un informe de Human Rights Watch (Hrw) confirmaba que por cada policía asesinado en 2015, las fuerzas de seguridad mataron a 25 personas. En este sentido, los habitantes de los morros hace tiempo que viven en un infierno. Jóvenes, niños, adultos, muertos por balas perdidas, por estar en el lugar y el momento equivocados.
Desde que se su...
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