No era una sensación térmica. La impresión de la ministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi, y la de tantos otros que creían ver a más compatriotas viviendo en la calle, se confirmó. En la noche del 21 de junio se encontraron 556 personas durmiendo a la intemperie, y otras 1.095 en refugios.1 Las cifras significan aumentos de 26,3 y 59,4 por ciento, respectivamente, en comparación con 2011. La mitad de los entrevistados declaró que hace menos de un año que vive en la calle; y un quinto, que hace menos de un mes, según se informó el miércoles pasado en la presentación de los resultados del censo de personas en situación de calle. Si se contempla sólo a las personas que estaban a la intemperie, la mitad nunca asistió a un refugio entre 2013 y 2016, y tres cuartas partes de ellas no acud...
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