Donald Trump ganó sorprendiendo a encuestadoras, analistas y observadores. No tendría que haber sido así. Ya en muchos países con el modelo de democracia occidental, hombres de negocios, actores, payasos –y en alguna parte hasta animales del zoológico municipal– han ganado elecciones. La razón básica es la misma: el sistema político tradicional con el correr del tiempo se ha institucionalizado (lo que llaman establishment), los políticos se profesionalizan, entran en el universo propio del reparto y de la administración de poder y se van alejando de sus bases, que se sienten cada vez menos representadas. Los que desconfían del establishment tampoco se libran fácilmente a las encuestas. En Estados Unidos los republicanos hicieron guerras por el petróleo y la industria armamentista. Los demó...
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