Uruguay es un semillero interminable de cantautores. Cantantes enguitarrados que se lanzan a escribir y mostrar su material, lo quieran o no –y lo sepan o no–, en la huella de inmensas figuras de la canción popular nacional que todos conocemos. El oficio de cantautor, a la luz de esos referentes gloriosos, no es en absoluto fácil en este país, ya que las comparaciones –esas odiosas– siempre aparecen. Lo interesante y valioso es que los nuevos cantautores no se inhiben por esos antecedentes y se lanzan igual, pletóricos de entusiasmo, a la aventura artística que los motiva y los impulsa. Está en la naturaleza de las cosas y es lo que mantiene viva a la música de un país,
Es el caso, desde hace ya un par de años, de Joaquín Lapetina, quien pese a ser nuevo en el ámbito de la canción de autor...
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