Neil Gaiman es un genio. Un mito. Un artista legendario. Cualquiera de estos tres adjetivos no son gratuitos, sino que el autor británico (nacido en Portchester en 1960) se los ha ganado tras varias décadas de trabajo y, cosa curiosa, fama y fortuna construidas desde el noveno arte: las historietas. Porque Gaiman antes de ser el afamado autor de novelas de fantasía (entre las que se cuentan verdaderos éxitos de ventas, como Coraline, American Gods y Stardust, entre muchas otras) se volvió muy pero muy visible a partir de su máxima creación: Sandman. En aquella historieta se nos contaba la historia de Morfeo, el eterno encargado del sueño, quien luego de ser retenido contra su voluntad un largo tiempo, se liberaba y pasaba a recuperar y reconstruir su reino. Pero esto en verdad no era sino ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate