Existe una tentación muy irresistible, pero también en extremo peligrosa, entre los escritores: imitar a Borges. Borges es un escritor que ha influenciado directamente a otros escritores de las más diversas estéticas y estilos. Pero todos ellos han podido encontrar su propio camino, un poco por necesidad de trascendencia y otro poco porque nadie puede quedarse en Borges, porque es imposible imitarlo y salir airoso. Toda mímesis del estilo y la estética de Borges será, en este sentido, un torpe remedo, una mueca intelectual, la melodía pausada y tartamuda de una voz que no se volverá a repetir.
Pero María Kodama, su viuda, parece no haber aprendido esta elemental lección. En sus participaciones radiales, en sus apariciones televisivas, y ahora en la compilación de sus conferencias, escucham...
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