“¿Que cómo está el barrio? La peor gente en el mejor lugar”, había dicho un vecino rezongón mirando hacia la fortaleza. Pero había que acercarse bastante para advertir hasta qué punto el parque que rodea la fortificación española viene siendo disminuido por la expansión informal del vecindario.
La vieja Villa del Cerro parece ir trepando poco a poco la cuesta. El proceso probablemente comenzó en la ladera oeste donde, tras la hilera de viviendas formales cuyo frente da al camino Cibils, se fueron levantando las hileras sucesivas del barrio que se conoce como La Trompada. Lo mismo pasó en la ladera norte, cruzando la calle Holanda. Pero los vecinos de esos anillos sucesivos de viviendas, que ya llegan por el este hasta Viacaba, prefieren ampararse bajo el nombre de la propia villa y, a pico...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate