Salado – Semanario Brecha
Edición 1659 Suscriptores

Salado

Primero se llevaron los ceniceros, pero como yo no era fumador, no me importó. Después se llevaron los saleros y los condimentos, pero como yo no usaba sal, tampoco me importó.

Ahora vienen a por los mondadientes, pero ya es demasiado tarde.
Los bares ya no son lo que eran, Bertoldo.
Por más que la prohíban, la sal sigue siendo la única piedra comestible por el ser humano. Si bien las milangas de varios bolichones podrían disputarle el monopolio, no es posible sostener, con absoluta certeza, que éstas se puedan comer.
Se cree que fue almorzando en un bar de minutas montevideano que Ernesto Guevara acuñó su frase “hay que endurecerse sin perder la ternura jamás”.
No es que estuviera amilanado, en todo caso estuvo amilanesado, que es por definición quien está atemorizado y es incapaz de reaccionar frente a una milanesa.
Lo estoy viendo al Che advirtiendo al mozo: “Si avanzo, seguidme; si me detengo, empujadme; si retrocedo, matadme, y si me rompo un diente, olvidat...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Cultura Suscriptores
CINE. El esquema fenicio, de Wes Anderson

La máquina de fabricar mundos

Cultura Suscriptores
De Buenos Aires, Fonso y Las Paritarias

Lo mejor lo conseguí gratis

Cultura Suscriptores
CINE. Señor, si usted existe, por qué no me saca de este infierno

Varón, pa quererte mucho

Cultura Suscriptores
Más Allá del Olvido: Semana del Cine Recuperado en Cinemateca

Desde el fondo del tiempo

Edición 2066 Suscriptores
Siria en el ajedrez de Oriente Medio

Atenazado