La pobreza no sólo habita en asentamientos. Se la encuentra cruzando la calle o doblando la esquina en barrios que están lejos de la periferia y de considerarse pobres. En términos absolutos, son más numerosas las viviendas precarias que alberga el tejido formal de la ciudad que las que pueblan los asentamientos irregulares de Montevideo. Sin embargo, la precariedad habitacional dispersa permanece oculta y subdiagnosticada.
“Hay que aprender a mirar la ciudad”, alienta la arquitecta Sharon Recalde después de compartir los resultados de su tesis de doctorado,1 reconocida días atrás con una mención del Premio Nacional de Urbanismo. Precisamente, contribuir a develar aquellos pedazos de ciudad escondidos o invisibles es a lo que apunta la investigación.
El cambio de siglo encontró a Montevid...
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