Apenas entrado en funciones, el presidente de Guatemala, un general retirado de oscuro pasado, lanzó una idea que lo conectó puntualmente con el progresismo latinoamericano y lo malquistó con el antiguo aliado estadounidense: la despenalización de las drogas.
Otto Pérez Molina parte de una constatación pragmática: la guerra iniciada hace cien años y acentuada desde los sesenta bajo conducción estadounidense ha sido un rotundo fracaso.
El presidente guatemalteco, Otto Pérez Molina, inició su mandato con ganas de entrar en la historia con un buen golpe de efecto, planteó una propuesta que nunca le pasó por la cabeza en sus dos décadas como político: la despenalización de las drogas.
La mencionó por primera vez el 11 de febrero, sin avisarle a nadie de su gabinete, y el 13 de abril la pl...
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