Ocurrida en medio de un caldeado debate público sobre la inseguridad –y con una campaña electoral anticipada como telón de fondo–, la agresión a un rapiñero por parte de un numeroso grupo de vecinos generó relatos que –en lugar de bucear en los hechos– explotan el episodio como arma arrojadiza. Esta nota buscó reconstruirlos; saber un poco más de quiénes se estaba hablando; acertarle por lo menos al lugar en que ocurrieron.
Fue en Casarino, no en Toledo. El episodio de la golpiza propinada a un rapiñero por un grupo de vecinos ocurrió en Casarino, tres quilómetros al sureste de la ciudad donde erróneamente se lo situó. Hablando en distancias, la confusión equivale a situar en Punta Gorda algo sucedido en La Cruz de Carrasco, o viceversa. Y seguramente es una pista de cuánto ajuste a los he...
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