Los primeros clubes sociales españoles de cannabis datan de comienzos de los años noventa, pero no fue hasta la década pasada que la experiencia empezó a tomar cuerpo. Desde entonces, y a partir de varias resoluciones de la Corte Suprema de Justicia despenalizando el cultivo de drogas blandas para consumo personal, la experiencia se ha multiplicado en todo el país. Los clubes son hoy algo más de una veintena, agrupando a varios miles de asociados de una media de 35 años de edad.
A diferencia de lo que son, o fueron, los coffee shops holandeses (véase nota adjunta), los clubes españoles “son cerrados y gestionan plantaciones colectivas de cannabis para producir la marihuana y el hachís que consumirán sus socios, que son quienes sufragan las plantaciones a través de las cuotas”, según resumí...
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