En cierta parte de la opinión pública –sobre todo la internauta– existe una suerte de histeria colectiva en torno al tema de la censura y la libertad de expresión. Un proyecto de ley del senador Pedro Bordaberry demostró la semana pasada que cualquier iniciativa que apunte a introducir mecanismos de regulación de contenidos, aunque sea un intento más bien tibio, es tachado automáticamente de “censura”.
Al senador colorado Pedro Bordaberry le dieron a probar la semana pasada una cucharada de su propia medicina. Está bien. Se lo tiene merecido. Luego de fustigar al gobierno acusándolo de querer instrumentar mecanismos de censura sobre los contenidos informativos de los medios de comunicación, terminó siendo él mismo objeto de acusaciones análogas.Ninguna de ellas tiene mayor asidero: ni...
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