Ebro. Evros. No se escriben igual pero suenan parecido. Hete aquí dos paisajes fluviales sobre los que discurren, o han discurrido, líneas territoriales de separación violenta entre seres humanos.Empecemos con el Ebro. A finales de julio de 1938 se iniciaba allí la más cruenta de las batallas de la guerra civil española. Lo ocurrido en el Ebro marcaría el rumbo final de un sangriento enfrentamiento entre vecinos. Iba a trazar casi cuatro décadas de meandros fascistas en la península ibérica, acompañados de –cuando no reforzados por– la indiferencia de un buen número de democracias occidentales. Con un intervalo de algo más de siete décadas, hoy, en el otro extremo del Mediterráneo, el río Evros se erige también en una arbitraria y agresiva línea de separación entre personas. Lo que allí o...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate