En dos semanas serán las elecciones municipales en Brasil, que se presentan muy complicadas para el principal partido del gobierno. El pt podría perder en ellas feudos históricos y quedar muy relegado en ciudades clave, como San Pablo. La principal ciudad sudamericana, capital de un estado de 42 millones de habitantes que concentra un tercio del pbi nacional, es precisa-mente centro de un fenómeno novedoso: al frente de su alcaldía bien podría colocarse un candidato de las iglesias pentecostales, una paradoja en “la” metrópoli de un país que se proclama moderno y se postula entre la elite de las potencias emergentes.
“Nas ruas, junto do povo”, es uno de los lemas de la campaña de Russomanno, favorito para ganar la alcaldía de San Pablo. Con esa consigna, que parece calcada de l...
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