—¿Cuál era la atmósfera que le fue dando
lugar al disco?
—En
agosto de 1992 fuimos a España. Habíamos hecho el video de “Llamando” y se lo
mandé al músico Gonzalo Ferrari, que tenía un estudio cerca de Barcelona. Le
encantó y se lo mostró a una productora de Aragón, que había pasado parte de su
infancia en Uruguay. Como eran los 500 años del mal llamado “Descubrimiento de
América”, había guita. Así que nos fuimos a Castillos de Aragón y Cataluña.
Éramos 21: todo el grupo de La Candela, el Lobo Núñez, Taquini Núñez, Guillermo
Gil, César Martínez, Nicolás Arnicho, Norma Galfetti, Osvaldo, yo, más la
comparsa y el cuerpo de baile. El espectáculo se llamó Candombe: una fiesta
de piel y fuego. Fue realmente una patriada.
—¿Dónde nació tu vínculo con el
candombe?
—Hasta
los 15 años viví en Merce...
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