Un conjunto de políticas que vienen desplegándose con fuerza desde 2005 se traduce en la expansión de la oferta de posgrados universitarios, pero también de la cantidad de estudiantes que culminan maestrías y doctorados en el país. La inversión de recursos económicos, y no sólo, ha sido fundamental para que en diez años se haya multiplicado por tres el número de docentes y profesionales asistidos con importantes becas, aunque aún no se puede cubrir toda la demanda de apoyo.
El deseo de “pensar más” su propia
actividad laboral, tener más fundamentos teóricos y fortalecerse como docente
inspiraron a Maite Burgueño –que hoy tiene 37 años– a lanzarse a cursar la
Maestría en Trabajo Social. Quería reconstruir la experiencia de las trabajadoras
domésticas “como sujetos políticos”, después de tr...
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