Que en ciertas líneas muy generales el primer trabajo de Sebastián Jantos (Fui yo, 2008) pudiera encuadrarse dentro de una veta asociable con Jorge Drexler quizá haya ayudado a aceitar su aceptación en Argentina y en distintas zonas de Brasil, donde se presentó varias veces en estos cuatro años, interactuando con músicos locales de su generación. Su ópera prima ya era prometedora, pero toda esa experiencia nueva se refleja positivamente en este segundo trabajo,* mucho más personal e importante. Es una producción ambiciosa, con varios músicos en cada uno de los surcos y planteos sonoros bien distintos entre una canción y otra. Suena con la polenta de una banda, pero no hay batería, y muchas veces el bajo es acústico. Lo que sí hay es una gran variedad de instrumentos de percusión que, al n...
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