De negro de los pies al cuello, absorbente, amable, con su aspecto de monje sin religión cierta, recibió el jueves 10 en el Salón Dorado de la Intendencia de Montevideo una medalla de la Cámara del Libro, que lo trajo a Uruguay como invitado de honor de la feria. Dos días después presentó en el mismo lugar Una diversión extranjera, suma de tres libros que editó Hum como puerta de acceso y bienvenida. En parte Mario Bellatin se rehusó a cumplir horarios y se rebeló contra la agenda de prensa. La última entrevista, inconclusa, en su pasaje por Montevideo, se la dio a Brecha.
Aunque por momentos el escritor, el hombre, el géiser se hizo ver muy inferior a sus libros, ejerció a toda hora un encantamiento sobre cualquiera que se le cruzara por el camino. Fue generoso al dar motivos,...
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