Mediante un apagón de Internet, la República Islámica buscó desarticular la reciente revuelta contra la suba del combustible y minimizar la cobertura de su represión, que, según Amnistía Internacional, dejó más de trescientos muertos. Con la economía asfixiada por las sanciones estadounidenses, los iraníes temen que el autoritarismo del régimen se intensifique.
La ausencia de
remitente en aquel sms inquietó todavía más a Sara. “Se te ha visto
participando en una de las protestas”, rezaba el mensaje, “si vuelve a ocurrir,
se tomarán medidas judiciales en tu contra”. “Y eso pese a que ni siquiera salí
a la calle durante aquellos días”, explica a Brecha esta joven iraní de
vestir piadoso –se cubre con un largo chador negro, de forma que sólo su rostro
sobresale entre telas– en una c...
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