Retrocedamos hasta comienzos del siglo XVIII, el siglo de las luces. En verdad, no podría
haber comenzado de forma más oscura. Carlos II de España, llamado el Hechizado,
el último de la dinastía de los Habsburgo en la península ibérica, muere sin
descendencia, y la subida al trono del borbón Felipe V desata la guerra de
sucesión española (1701‑1715), lo que crea un efecto dominó en el intrincado
bochinche europeo de reyes, candidatos y aspirantes. Fue la guerra más
mortífera del siglo, con un saldo cercano al millón de muertos. La paz,
alcanzada tras el Tratado de Utrecht (1713), termina con la mayoría de las
colonias españolas en Europa y perfila a la flamante Gran Bretaña como
principal potencia ultramarina, gracias al monopolio comercial.
Con el prestigio de España por el
suelo, en juli...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate