En el imaginario uruguayo fe y política se han ubicado generalmente en dos compartimentos estancos y separados. Hasta cierta edad y en ciertos ámbitos son temas casi tabú. Mucho hemos escuchado ya en la escuela que “ni de religión ni de política se habla”. Esto ha merecido explicaciones en las que no podremos ahondar ahora, pero que básicamente se relacionan con nuestra matriz batllista, jacobina, laicista al modo francés, o de religión civil, como plantean algunos autores.
Estos elementos han generado históricamente un desplazamiento de lo religioso a la esfera privada, una actitud negacionista y hasta de desprecio de lo religioso.Sin embargo algunos fenómenos que se están dando en América Latina están traspasando nuestra frontera. Hoy en Uruguay existen movimientos, diálogos y alian...
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