Carta desde Tel Aviv
El jueves 15 a eso de las 18.30 éramos un poco más de 100, tal vez 120 manifestantes, mitad árabes y mitad judíos, que ocupábamos esa estratégica esquina de la antigua ciudad de Jaffa, hoy convertida en el empobrecido suburbio urbano al sudoeste de la ciudad de Tel Aviv, cuando de repente el sonido de una fuerte sirena se superpuso a nuestras consignas. Las dudas sobre si se trataba de un mal chiste se disiparon al minuto y poco, cuando oímos una fuerte explosión no muy lejos de donde estábamos. Luego nos enteramos de que no hubo heridos, ni siquiera daños materiales. La guerra de los misiles y los bombardeos había llegado a Tel Aviv, al centro del país. Nuestra protesta, al día siguiente de iniciada la escalada militar, era la segunda realizada en la zona de Tel Aviv...
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