Si va a Londres hágale una visita a la momia del filósofo Jeremy Bentham. Lo encontrará muy sonriente, con su sombrero y su bastón, mirando con picardía a las estudiantes desde su vitrina en un hall del University College. Al morir, Bentham (1748-1832), padre del “utilitarismo”, donó su cuerpo embalsamado y vestido con su propia ropa, a su universidad. Supongo que, fiel a su doctrina, quiso ahorrarles el gasto de una estatua.
Bentham fue mundialmente famoso en su época. Fue filósofo, jurista y, sobre todo, economista. Por ejemplo, fue Bentham quien asoció indeleblemente la felicidad al principio de utilidad. “La mayor cantidad de felicidad para el mayor número de gente”, fue su divisa. Y hasta quiso calcularla, concibió la idea de un “felicific calculus” (tristemente, no le cuadraron ...
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