En el borde difuso, y contemporáneamente cada día más estirado, entre la adolescencia y la juventud, Vincent (Cyril Descours) y Rebecca (Nina Meurisse) se miran e intercambian teléfono en un cíber. Economía y síntesis de una situación, o una suma de ellas, que marcarán el rumbo de lo que se viene: mientras cruza miradas con la muchacha, el chico maneja sus contactos en Internet para ejercer su trabajo de prostitución con hombres mayores, ocupación a la que sumará, una vez avanzada la relación, a su reciente novia.
Situación similar, pero no tratada de manera similar, a la desplegada hace más de 15 años por Bertrand Tavernier en La carnada, y mucho antes aun por una película alemana dedicada a alertar sobre el consumo de drogas llamada Christine H: jóvenes muy jóvenes –en el caso de la...
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