La diferencia - Semanario Brecha
Edición 1413 Suscriptores

La diferencia

Cumplía años. Había salido con unos amigos por la Ciudad Vieja, cerca de donde vivía. “Una distracción de mente, señorita”, afirma en un español particular, con un acento parecido al que tendría un francés, pero con una cadencia más lenta al hablar. Fue a Kalú.

Le gusta la música electrónica, característica de ese boliche. Sus amigos se quedaron en otro. En Kalú encontraría otros conocidos. Al rato de entrar vio que lo seguían un par de patovicas; lo siguieron incluso hasta el baño. “Es mi cumpleaños, amigo, estoy festejando”, les dijo. Luego fue hacia la barra por un trago. “Cuando estaba pagando lo sentí en el costado de la cabeza”, y golpea el puño cerrado contra su otra mano abierta produciendo un ruido seco, “un shock, un blackout, mientras escuchaba: ‘Negro de mierda, andate a t...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2061 Suscriptores
Frente Amplio y poder militar

La voluntad de no enfrentar

Edición 2061 Suscriptores
La memoria de los niños y las niñas que visitaban a sus familiares en las cárceles de la dictadura

Pese a todo, verse

Edición 2061 Suscriptores
Si hubiera voluntad política…

Todo está escrito

Edición 2061 Suscriptores
Un cómic y la búsqueda de identidad

Efecto Eternauta