En lo que sería una medida sin precedentes, las autoridades de la escuela Chile y Cuba parecen haber decidido que están hartas de la sacralización laica del pabellón nacional. Un paso impensable años atrás si se toma en cuenta que hasta 2007 podrían haber sido acusadas de vilipendio a los símbolos patrios. Tal vez como una forma didáctica de trasmitir a los escolares que ya ha corrido demasiada sangre por conceptos abstractos como patria o nación, habrían resuelto que la bandera no es más que un trozo de tela, a lo sumo decorativo, en general molesto. De esa manera se liberan del ritual ridículo de izarla y arriarla, ritual que en toda la geografía del orbe tiene sus pasos preestablecidos y sus tiempos marcados acompañando la salida y la puesta del sol. Es de suponer que desde 2013 n...
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