La antigua patria putativa del proletariado universal se ha convertido en paraíso de los (nuevos) ricos que quieren escapar a la “insoportable presión impositiva” a la que estarían siendo sometidos en sus países por rapaces estados totalitarios, mientras en la tierra prometida del capitalismo que lo sigue siendo, un hipermillonario iconoclasta, segunda fortuna del mundo, gurú de Wall Street, reclama una y otra vez pagar más impuestos porque, dice, “la lucha de clases, que existe y es bien real, la estamos ganando los ricos” y lo encuentra intolerable. Así está el mundo, amigos.
La vieja patria proletaria devenida tierra de asilo de súper millonarios no es otra que Rusia, y de ella aspiran a hacerse ciudadanos una pléyade de exiliados impositivos franceses que van desde Gérard Depardie...
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