Guerra habemus para rato
El discurso que el domingo pasado pronunciara el presidente Obama al asumir su segundo mandato irritó a los republicanos y fue música celestial para los oídos liberales y progresistas de Estados Unidos. Dirigido esencialmente a prometer la resolución de los problemas de las minorías y de las clases medias del país, quién sabe si esos oídos –no exactamente sutiles– escucharon bien las parcas referencias atinentes a la política exterior que el mandatario deslizó en los 20 minutos de su intervención. Anuncian que continuará “la guerra por la democracia y la libertad” en todo el mundo.“Estados Unidos –dijo– seguirá siendo el ancla de fuertes alianzas en cada rincón del planeta, y nosotros ampliaremos las instituciones que extienden nuestra capacidad de resolver las cr...
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