Historias de migrantes en Centroamérica
Tenía 17 años y se le había metido en la cabeza que debía irse a Estados Unidos. Sólo allí, en el norte, veía la solución. Ya había hecho un intento a los 16; ahora confiaba en que lo lograría. Tomó todas las precauciones, logró sobrevivir a los asaltos, a las carreras por tomar el tren; fue testigo de las tragedias de otros, y casi logró salir indemne. José Luis Fernández nunca imaginó que sería un desmayo provocado por el calor el que le truncaría los sueños y el cuerpo.
“Esto es como la guerra, y en la guerra hay hombres caídos. En nuestro caso, nuestra guerra es la pobreza y la falta de oportunidades y el desempleo. Los caídos somos nosotros.” José Luis Fernández Cruz cerró los párpados por unos segundos. Cuando despertó, el tren lo arrastraba...
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